Esta tarde me
encontraba en casa tranquilamente, leyendo en mi sofá, cuando varios silbiditos
del whatsapp me han sobresaltado. He pensado en lo a gusto que estaba leyendo
sin que nadie me molestase y que ya empezaban a interrumpir mi lectura. Pero
bueno, así sin prisas, me he terminado el capítulo y un rato después he cogido
el móvil para ver los mensajes.
Cuando he mirado los
whatsapps mis ojos casi se me salen de las órbitas. Y que con un número que no
figuraba en mi agenda había dos mensajes seguidos de una foto tremendamente
excitante. Decía así:
- ¡Hola!
- Dime si me sienta
bien el conjunto que me he comprado pensando en ti…
Y a continuación una
foto como la siguiente:
Ver un culo como ése, y
más aún con un tanga negro, con unas medias negras y con unos ligueros que
tanto me ponen, ha hecho que me excitase. Como ya he dicho en alguna ocasión,
yo soy de empalme fácil pues tengo sangre caliente, y si además recibo una foto
tan excitante, es algo que no se puede evitar, ¿o sí? No sé si algo similar os
habrá pasado a quienes me leéis, pero a mí con una desconocida y por error
nunca. Tras tragar saliva y acariciar un poco mi polla por encima de la ropa,
le he contestado:
- ¡Hola!
- Pues la verdad es que
sí. Te sienta fenomenal. Reconozco que me ha excitado ver tu foto así.
- Lo malo es que creo
que te has equivocado.
- No creo que sea yo
para quien te has comprado ese conjunto, pues no sé quién eres.
- Pero te aseguro que
me has alegrado la tarde seas quien seas…
Tras enviar los
mensajes me he vuelto a acariciar la polla, y he visto que los dos tics del
whatsapp se ponían azules en señal que los había leído quien estuviese al otro
lado. La verdad es que me la imaginaba avergonzada y tal vez mosqueada por el
error. Vi en la pantalla que estaba escribiendo y poco después me han llegado
nuevos mensajes, a los que yo le he ido contestando:
- ¡Ups! Lo siento.
Tienes razón, no era para ti el conjunto.
- No pasa nada. Ya te
digo que me ha alegrado la tarde tu foto.
- Sí, ¡qué vergüenza!
Menos mal que no me conoces…
- Ja, ja, ja. Bueno,
acabo de conocer tu culo y parte de tu cuerpo.
- Sí, ya, mi culo sí…
- Pues sí, y me ha
gustado. Lamento mucho no ser yo ése para quien te has comprado esa ropita, la
verdad.
- ¿De verdad te ha
gustado?
- Sí. No te miento. La
lencería te queda muy bien, y tu culo es precioso.
- Espero que gracias al
conjunto puedas pasar hoy una gran noche. Te aseguro que conmigo la tendrías…
- Bueno, pues gracias
por tu opinión.
- Ahora voy a mandar la
foto al interesado, je, je. Espero que le guste también, que para eso la he
hecho.
- Seguro que sí, a mí
me ha excitado verla…
- Bien, pues voy a
ello, te dejo ya. Un placer chatear contigo. Besos.
- Vale.
- Gracias por
equivocarte. Si no te importa me guardaré la foto para poder admirarla alguna
vez más. Por el bien de la casualidad…
- Ok. Como quieras.
Chao.
- Un placer verte y
charlar contigo.
- Chao.
- Besos para que los
pongas donde te apetezca.
Y tras ponerse los tics
azules, ya no he recibido ningún mensaje más de tan agradable desconocida. He
decidido guardar su número en la agenda, y lo he hecho como Culoguay, porque
realmente me ha encantado su culo. Tal vez en un futuro le podría preguntar si
tuvo éxito su conjunto.
Después de mirar la
foto un poco más, he decidido dejar el móvil y seguir con mi lectura. Pero,
aunque he puesto empeño en leer, no ha habido manera. No podía dejar de pensar
en ese culo, y la excitación de mi polla seguía ahí. Así que he dejado el libro
sobre la mesa, me he bajado primero el pantalón, luego el bóxer, y ha aparecido
mi verga dura ante mí.
Con el móvil en una
mano, por supuesto con la foto de ella a toda pantalla, y tumbado boca arriba
en el sofá, he empezado a acariciarme la polla poniéndola más dura. No he podido
evitar ir acelerando los movimientos de mi mano por todo el tronco mientras mi
respiración se aceleraba. De vez en cuando acariciaba mi capullo ya lubricado
por las primeras gotitas que resbalaban. Y así, tras aumentar más el ritmo de
los movimientos de mi mano, arriba, abajo, se me ha escapado algún gemido, lo
que anunciaba que mi corrida estaba ya cercana.
Unos pocos movimientos
más, y a la vez que he empezado a subir y bajar mi pelvis, como si me la
follase a ella, han empezado a salir disparados mis chorros de leche caliente.
Unos cuantos han salido para arriba y los últimos han resbalado por mi capullo
y luego por el tronco hasta caer sobre mis huevos. Lo notaba calentito, mi
leche caliente sobre mí y derramada con placer por Culoguay.
No sé si a ella la foto
le servirá para pasar una gran noche. Sinceramente espero que sí, pues me
cuesta imaginar a un tío que vea la foto que me ha mandado, y que teniendo
acceso a ella, no acabe follándosela tan bien como merece. Lo que sí es seguro
es que su foto me ha hecho disfrutar a mí, aunque únicamente sea de una buena
paja. Y ahora a ver qué más me depara esta noche…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si lo que acabas de leer te ha provocado alguna sensación, ¡no lo dudes y cuéntamelo!
Gracias